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domingo, 2 de marzo de 2014

Capítulo 6

Siento mucho el retraso, juraría que este capítulo ya lo había subido cuando lo terminé de escribir, pero parece que no, lo soñaría o algo jajajajaja. Bueno, esta vez sí que sí subo el capítulo 6  y mientras escribo el capítulo 7 ^^
Espero que os guste :)
-Acompañadnos, por favor. Todos os esperan. Llevamos mucho tiempo esperando, como habéis visto con Tacabo, los jóvenes no pueden esperar más.-dijo Cehba sonriendo.
-¿Cómo sabían que veníamos?¿Por qué nos esperaban?-pregunto Nantan a la defensiva.
-Porque saben que venimos buscando respuestas.-le contestó Elanor para asombro de todos.-Porque no hay nada que pase en el bosque sin que ellos lo sepan. Porque son la tribu perdida de tu historia, Nantan. ¿O me equivoco?-les pregunto a aquellos que se habían llamado Odreucer.
-Vuestra llegada estaba escrita en las estrellas desde hace mucho tiempo. La naturaleza nos llevó hacia vuestro rastro en el bosque. Los vientos nos trajeron vuestras voces.-contestó Tacabo.
-Siento si alguna vez en vuestro camino os asustamos o notasteis algo extraño.-se disculpó Cehba- No podíamos revelarnos aún a vosotros, pero tampoco podíamos perderos de vista.
-Ahora encajan muchas cosas...-dijo Elanor, más para sí misma que para los demás.

-Entonces, ¿nos acompañaréis al Gran Árbol? Todos os están esperando,.-dijo Tacabo dejando escapar su emoción contenida.
-¡Claro!-gritó Escorpio hablando por fin.- No me mires así, Hassio. Necesitamos respuestas, y ellos pueden dárnoslas. Y si no, quédate aquí fuera tu solito.
-No he dicho na' so tiquismiquis.
-Parad de una vez.

Cehba comenzó a reírse con una risa que sonaba como la cascada que tenía detrás suya y andó hacia el lago.
-Vamos, sigamos a Cehba. Todos os esperan dentro.-casi susurró Tacabo.
-¿Dentro?-pregunto Escorpio.-¿Dentro de dónde?
-Del Gran Árbol, ¿dónde si no?
-Pero... no será ese de mitad del lago, ¿no?
-¡Pues claro!
-Pero, no traigo más ropa, no puedo mojarme.
-¿A la pijita le da miedo mojarse? Uuuuuh pobrecitaaa.
-Vete a la mierda, Hassio.
-No tienes lo que hay que tener pa' entrar en el lago, niñita pija.
-¡Cehba!¡Espéreme!-dijo Escorpio corriendo hacia ella.
-Y así se mete a una pija en un lago.

Cehba entró en el lago y Escorpio tras ella, parándose solo un segundo para mirar a Hassio con mala cara. Después, los demás entraron, riéndose.
El lago no era tan hondo al principio, y cuando llegaba a un punto lo bastante profundo para preocuparse, había una especie de plataforma trasparente, como de cristal, para que pudieran seguir andando.

-Uao.-exclamó Elanor.- ¿Qué material es este?
-Es una especie de cristal bastante extraña.-contestó Tacabo.-Lo extraen de unas minas en las montañas donde nace la cascada, ¿no Cehba?
-Ajá. Es difícil de extraer, pero merece la pena. Al principio encontramos un bloque aquí, en el lago y buscamos los demás para construir este puente.
-¿Y por qué no más alto? ¿Por qué no por encima del lago para no mojarse?-pregunto Nantan.
-Porque a los Odreucer nos gusta sentir la naturaleza. Y el agua de este lago es la más natural y pura que encontrareis.
-¿Puedo preguntar una cosa?
-Ya estamos en una ronda de preguntas, adelante Escorpio, yo te contesto.
-Has dicho que os llamáis Odreucer. ¿Significa algo?
Cehba y Tacabo cruzaron una mirada misteriosa.
-Todo nombre tiene un significado, pero yo no soy nadie para contaros el nuestro, y menos aquí. Esperad a que lleguemos y allí se lo preguntáis a quién es digno de responderos.
-Cehba... ¿Fuisteis vosotros los que me susurraron en sueños anoche?-preguntó Elanor- Era una voz de mujer, pero no era tu voz. Era más... no sé, diferente.
-¿Etérea?-dijo Tacabo sonriendo.
-Sí, esa puede ser la palabra. ¿Sabes de quién es la voz?
-Creo que sé quién ha vuelto a viajar al mundo de los sueños... ¿No crees, Tacabo?-el chico asintió con la cabeza- Muy bien, aligerad el paso y antes la conoceréis. Ella tiene todas vuestras respuestas... o casi todas.

Y con la intriga en sus cuerpos, siguieron por el puente hacia el Gran Árbol y mientras más se acercaban distinguían cosas que antes no podían ver: podían distinguir figuras moviéndose entre las ramas, ventanas talladas en la superficie de forma que parecieran rugosidades naturales, incluso puertas a la altura del puente. Por una de esas puertas, vieron salir a una pequeña figura e ir corriendo hacia ellos.

-¡¡Tacaboooo!! ¡¡Tacaboooo!! ¡Ya has vuelto hermanitooooo!-gritó la pequeña figura abalanzándose hacia Tacabo y abrazándole.
-¡Soiku!-exclamó Tacabo entre risas mientras levantaba en brazos a la pequeña.- ¿Qué haces aquí, pequeñaja?
-Te echaba de menos y cuando vi a gente venir fui a ver si eras tú... Espera... ¿Son ellos? ¿Son ellos los de la Ciudad?
-Así es, Soiku. Te presento a Elanor Lórien, Escorpio Bright, Nantan Black y Hassio Silver.-enumeró Cehba señalando a cada uno en su turno. Y a nadie le intrigó que supiera sus apellidos, tenían la sensación de que era normal que los Odreucer lo supieran todo.
-En-Encantada de conoceros... Yo soy Soiku.-dijo la pequeña inclinándose un poco y dejando que su pelo trenzado le tapara la cara.
Sus ojos gris oscuro relucían entre su pelo, tan parecido al de su hermano. Sin embargo la chiquilla tenía una especie de pecas, manchitas oscuras por toda la nariz y las mejillas y hombros.

-Hola Soiku, encantada.-dijo Elanor agachándose para quedar a la altura de la niña.
-Esta dentro Calawe, ¿Soiku?-preguntó Cehba.
-Si, Cehba, está dentro, os espera dónde siempre.
-En ese caso deberíamos darnos prisa, no sería de buena educación hacerla esperar. Tacabo, ¿te importa quedarte aquí con tu hermana?-el aludido sonrió y negó con la cabeza- Sabía que no te importaría. Y nosotros, deberíamos darnos prisa.
-¿Quién es Calawe?
-Calawe es quien os responderá a todas vuestras preguntas, Hassio, por eso no deberíamos hacerla esperar.
-Entonces vamos, llevamos demasiado con estas preguntas en mente.-dijo Nantan.
Y se dirigieron hacia la entrada que había en las raíces del árbol, por dónde Soiku había salido apenas unos minutos antes.


Resultó que “dónde siempre” era en la habitación más alta del Gran Árbol. Si es que a eso se les podía llamar habitación: el árbol tenía una escalera de caracol tallada en su propia madera, con grandes terrazas y salientes y huecos o habitaciones, y también había “salones”, plataformas colocadas en las ramas. La habitación donde Calawe les esperaba, era más bien un salón, pero como las grandes hojas cubrían el suelo como si fueran paredes y techo, algunos opinaban que contaría como habitación. Pero nuestros chicos, cansados de subir tantas escaleras, solo pensaban en quién sería aquella misteriosa mujer, que además de tener todas las respuestas, vivía en lo más alto, por lo que debía ser alguien importante.

-No la conozco aún, pero no me cae bien alguien que nos hace andar tanto, ofú.
-Deja de refunfuñar, Hassio.
-Bueno chicos, comportaos. Calawe se podría decir que es como vuestros Sabios aquí.-explicó Cehba- Es líder por ser la más justa e inteligente, pero además porque solo ella puede desentrañar los misterios de la naturaleza. Preguntad cuánto queráis, que Calawe contestará. Adelante.-concluyó apartando unas hojas para que ellos vieran la habitación.

El suelo de madera relucía con los rayos de sol que caían. Pero Calawe relucía más aún.
Era una mujer que aparentaba unos 20 años, pero sin duda no los tenía. Su porte, como de reina, y sus ojos verdes, tan verdes como un brote recién nacido, y tan sabios como si hubieran vivido cientos de años, desmentían su apariencia joven. Llevaba un vestido muy sencillo y a la vez majestuoso, de un color celeste como el cielo. Estaba sentada entre cojines, casi parecía como si algún niño pequeño hubiera hecho un trono de cojines para ella. Pero lo que más brillaba no era su vestido, ni sus increíbles ojos, sino su pelo. Tenía el pelo rojo, como el fuego de una hoguera. Y brillaba con los rayos del sol como si ciertamente fuera de fuego.
Nunca habían visto alguien con el pelo de ese color, incluso los tintes de los arobrea que intentaban conseguir ese color, se quedaban muy lejos del precioso color natural de Calawe.

-No os quedéis ahí, pasad y sentarse, por favor, os estaba esperando.-dijo Calawe señalando más cojines mientras les sonreía, con una voz etérea, atemporal.
Los chicos se sentaron en los cojines, pero ninguno sabía muy bien que hacer.
-Oh, por favor. Cehba, creía que habías traído a nuestros invitados, no a estatuas de piedra. Entra hermana, aunque te quedes fuera sé que estás ahí.
-Por el camino eran más habladores.-dijo Cehba riendo mientras entraba en la habitación.
-¿Sois hermanas?-preguntó Escorpio asombrada- No os parecéis.
-Digamos que la pequeña se quedo la belleza.-dijo Cehba sentándose al lado de su hermana.-Os presento a la Señora Calawe, la que todo lo sabe.
-No exageres, Cehba. Soy más llamativa, no mas hermosa. ¿Esa es la pregunta que traíais?
-En realidad no.-dijo Elanor con un poco de corte aún.
-¿Puedo preguntar?-dijo Escorpio levantando la mano como una colegiala.- Cehba dijo que tú me contestarías, ¿qué significa vuestro nombre?
-Esa, Escorpio, es una buena pregunta. Es bueno empezar por el principio. Odreucer significa “recuerdo”, un nombre acuerdo con nosotros, ya que lo recordamos todo. Creo que Nantan tenía una ligera idea de nuestra existencia por una leyenda, ¿no es así? Pues bien, esa leyenda es cierta. Somos aquellos a los que llamaste “Raza Perdida” porque rechazamos a unirnos a los Clanes cuando formaron la Ciudad, es cierto también que nosotros le enseñamos parte de nuestra sabiduría, y que cada uno eligió un trozo, haciendo necesario estar juntos. Yo personalmente viví el momento en que se colocó la última piedra de la Ciudad y que los Clanes abandonaron el bosque. Somos una raza antigua y poderosa. Y os podemos asegurar que eso de perder la esencia, no es la primera vez que pasa. Miradnos, lo recordamos todo, cada árbol, cada animal, cada acontecimiento, cada historia... menos la nuestra propia. No puedo contaros nuestra historia, pero puedo contaros la vuestra. ¿Estáis listos para obtener respuestas? ¿Estáis listos para conocer vuestra propia esencia?

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