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viernes, 6 de junio de 2014

Noches Llorosas

¿Sabeis las noches en las que las nubes lo llenan todo, la Luna no es más que un débil relfejo de plata y, lentamente, comienza a llover?
Yo las llamo Noches Llorosas: noches en las que la Luna está tan triste que no alumbra, que se oculta tras sus telas de nube, y comienza a llorar. A llorar en silencio, para que nadie la descubra. A llorar no solo con los ojos, sino también con el corazón.
Esas Noche Llorosas suelo pensar, aunque a mi mente solo acude una pregunta: ¿por qué?
¿Por qué la Luna llora? ¿Por qué no es feliz?
Creo que he hallado la respuesta: si ru vida consistiera en observar el mundo, y vieras que a uno de sus protagonistas le pasa algo, ¿no llorarías?
Oh, sin duda alguna, la Luna nos compadece y llora por nosotros.
Pero ahora tengo otro 'por qué'.
La vemos siempre allí arriba, fría y serena. Seguro que en el fondo, celosa de no poder vivir como nosotros.
Y mi duda es: ¿por qué no la compadecemos? ¿Por qué no lloramos por ella?
Por eso yo, en las Noches Llorosas, también lloro.